ENTREVISTA | José María Segovia de Arana
'Los que manejan la política no están bien enterados de lo que están haciendo'
El profesor y académico en su despacho.| Paco Toledo- El padre de la sanidad pública española se muestra contrario a la privatización
- Creador del primer hospital público, apuesta por reforzar los centros de salud
- 'Es indignante que quieran cambiar una cosa que funciona bien', lamenta
José María Segovia de Arana (Toledo, 1919) es considerado por muchos el 'padre' de la sanidad pública española y estos días asiste con cierta perplejidad a los cambios que se están produciendo en un edificio al que él mismo le puso los cimientos en los años 60. A sus 93 años tiene clara la importancia de que la medicina del futuro -"tecnológica y genómica"- esté en manos públicas. El fundador del primer hospital público en nuestro país (la Clínica Puerta de Hierro de Madrid), creador del sistema MIR, catedrático emérito de Patología, ex secretario de estado para la Sanidad... repasa la actual situación sin rodear ninguno de los charcos.
Pregunta: ¿Qué opina del nuevo Real Decreto 16/2012 que ha introducido la figura del 'asegurado' en la sanidad pública?
Respuesta: Los que manejan la política no están bien enterados de lo que están haciendo. Cambiar la sanidad española, que es la primera de Europa sin duda, tanto por su extensión como por su calidad, cambiarla sin saber porqué... por razones económicas más que de tipo conceptual es un poco inquietante. Hay dos cosas en la sociedad española que no se deberían tocar; una es la sanidad y otra la educación. Esos dos aspectos, por favor, que no nos lo toquen.
P: Estos días en Madrid estamos viendo una movilización de la profesión sanitaria sin precedentes; ¿qué opina?
R: Es verdaderamente lamentable la razón que les ha sacado a la calle. Es indignante que se quiera cambiar una cosa que funciona bien, que es la base de la sanidad.
P: La Comunidad de Madrid habla de externalizar servicios, ¿qué le parece que la empresa privada entre a gestionar hospitales y centros de salud?
R: Yo estoy en contra de la privatización de la medicina pública. Pienso que sí, algunos aspectos administrativos pueden hacerse desde fuera; pero el resto, la medicina pública debe seguir siendo como ha sido hasta ahora. Es la primera de Europa y esa calidad la tenemos que mantener. Porque no es sólo calidad en lo que hay, sino también en lo que va a haber, lo que está viniendo. La medicina genómica, que va a ser una gran revolución; el estudio de los genes, es algo realmente impresionante. Y eso, se quiera o no se quiera, tiene que estar presente en la visión tanto de los médicos como de los políticos.
P: También se argumenta para justificar esta reforma que los hospitales privados son más baratos que los públicos; ¿está de acuerdo?
R: Yo no entro en estos aspectos, es posible que sí, pero lo que es la función del hospital tiene que mantenerse en manos públicas. Yo no estoy en contra de privatizar las entrañas administrativas y económicas, pero no la asistencia sanitaria. La acción médico-sanitaria tiene que ser universal. Es cierto que la evolución tecnológica de la Medicina ha provocado un cambio radical en la asistencia al enfermo. Hoy en día, gran parte de los diagnósticos pueden hacerse perfectamente en el centro de salud, con lo que eso supone no sólo de beneficio para el paciente, sino de ahorro para el sistema.
P: Ahora que habla de los centros de salud, ¿qué papel debe jugar la Atención Primaria, es hora de reforzar este nivel de la sanidad?
R: Ésta es una pregunta muy importante y está relacionada con algo que yo creo que es fundamental: el desarrollo de la educación sanitaria de la población. Lo que yo llamo la catequesis sanitaria. Esto sería formidable, para explicar a la gente qué es la sanidad, para que la respeten y sólo acudan a ella cuando estén realmente enfermos. Porque hoy en día, si un señor tiene una disputa con su suegra se va a urgencias porque está aburrido. Y allí el médico le hace una radiografía, un análisis de sangre... Medicina defensiva por si acaso aquel señor sale del hospiotal, tropieza y se cae. Por eso el médico de Urgencias genera unos gastos tremendos. La medicina no es una ciencia exacta, afortunadamente, tiene un margen de incertidumbre que es el que maneja el médico bien preparado; y cuando se lo explicas al enfermo o a su acompañante, lo comprenden. También los enfermos crónicos deben ser adiestrados para conocer su patología y vivir con ella.
P: ¿Qué opina de otras medidas como el copago?
R: Yo ya había hablado anteriormente de un copago, pero no para financiar sino para limitar los abusos. Una pequeña cantidad para que el señor que está aburrido no vaya a urgencias del hospital, pero no para compensar económicamente al sistema.
P: La puesta en marcha de las últimas reformas también ha puesto de manifiesto las diferencias que existen entre comunidades autónomas, como el euro por receta o la atención a inmigrantes...
R: Claro que existen desigualdades. Yo me acuerdo cuando era consejero en el Sistema Nacional de Salud que había reuniones con los delegados sanitarios de las distintas comunidades y cuanto menos sabía aquella persona que venía, más discutía, más hablaba y más inconvenientes ponía. La ignorancia es una gran dificultad. Pero en respuesta a su pregunta, ¿tiene que haber diferencias? No, la atención sanitaria tiene que ser común para todas las comunidades. No se pueden establecer 17 maneras diferentes de tratar a un enfermo.
P: ¿Cree que se han construido demasiados hospitales en España, se ha utilizado esto como promesa electoral?
R: Yo le respondo, sí, son demasiados. Puede haber dos tipos de hospitales; uno, lo que antes se llamaban residencias, grandes centros para ancianos con muy poca dotación médicoa; y, otros, hospitales monográficos, en los que se haga investigación traslacional. Para todo lo demás, los centros de salud son más que suficientes para tratar la atención especializada con la dotación tecnológica adecuada; los centros de salud están llamados a sustituir a los antiguos hospitales. ¿Un hospital, un voto? Sale demasiado caro el voto..., ¿no?
P: Algunas sociedades científicas han lamentado últimamente no estar siendo consultadas por las autoridades para poner en marcha ciertas reformas. ¿Cree que falta asesoramiento técnico y de expertos?
R: Estoy plenamente de acuerdo. La sanidad y la medicina son una ciencia fundamentalmente y lo que el pollítico diga debe estar muy bien asesorado por los técnicos.
P: El problema es que a veces esos técnicos son políticos. En los hospitales, por ejemplo, a menudo los cargos de gestor se designan políticamente.
R: Para dirigir un hospital hay que tener un conocimiento de la medicina muy grande. Es más fácil que un médico sea un buen gestor, que no un gestor sea un buen médico.
Pregunta: ¿Qué opina del nuevo Real Decreto 16/2012 que ha introducido la figura del 'asegurado' en la sanidad pública?
Respuesta: Los que manejan la política no están bien enterados de lo que están haciendo. Cambiar la sanidad española, que es la primera de Europa sin duda, tanto por su extensión como por su calidad, cambiarla sin saber porqué... por razones económicas más que de tipo conceptual es un poco inquietante. Hay dos cosas en la sociedad española que no se deberían tocar; una es la sanidad y otra la educación. Esos dos aspectos, por favor, que no nos lo toquen.
P: Estos días en Madrid estamos viendo una movilización de la profesión sanitaria sin precedentes; ¿qué opina?
R: Es verdaderamente lamentable la razón que les ha sacado a la calle. Es indignante que se quiera cambiar una cosa que funciona bien, que es la base de la sanidad.
P: La Comunidad de Madrid habla de externalizar servicios, ¿qué le parece que la empresa privada entre a gestionar hospitales y centros de salud?
R: Yo estoy en contra de la privatización de la medicina pública. Pienso que sí, algunos aspectos administrativos pueden hacerse desde fuera; pero el resto, la medicina pública debe seguir siendo como ha sido hasta ahora. Es la primera de Europa y esa calidad la tenemos que mantener. Porque no es sólo calidad en lo que hay, sino también en lo que va a haber, lo que está viniendo. La medicina genómica, que va a ser una gran revolución; el estudio de los genes, es algo realmente impresionante. Y eso, se quiera o no se quiera, tiene que estar presente en la visión tanto de los médicos como de los políticos.
P: También se argumenta para justificar esta reforma que los hospitales privados son más baratos que los públicos; ¿está de acuerdo?
R: Yo no entro en estos aspectos, es posible que sí, pero lo que es la función del hospital tiene que mantenerse en manos públicas. Yo no estoy en contra de privatizar las entrañas administrativas y económicas, pero no la asistencia sanitaria. La acción médico-sanitaria tiene que ser universal. Es cierto que la evolución tecnológica de la Medicina ha provocado un cambio radical en la asistencia al enfermo. Hoy en día, gran parte de los diagnósticos pueden hacerse perfectamente en el centro de salud, con lo que eso supone no sólo de beneficio para el paciente, sino de ahorro para el sistema.
P: Ahora que habla de los centros de salud, ¿qué papel debe jugar la Atención Primaria, es hora de reforzar este nivel de la sanidad?
R: Ésta es una pregunta muy importante y está relacionada con algo que yo creo que es fundamental: el desarrollo de la educación sanitaria de la población. Lo que yo llamo la catequesis sanitaria. Esto sería formidable, para explicar a la gente qué es la sanidad, para que la respeten y sólo acudan a ella cuando estén realmente enfermos. Porque hoy en día, si un señor tiene una disputa con su suegra se va a urgencias porque está aburrido. Y allí el médico le hace una radiografía, un análisis de sangre... Medicina defensiva por si acaso aquel señor sale del hospiotal, tropieza y se cae. Por eso el médico de Urgencias genera unos gastos tremendos. La medicina no es una ciencia exacta, afortunadamente, tiene un margen de incertidumbre que es el que maneja el médico bien preparado; y cuando se lo explicas al enfermo o a su acompañante, lo comprenden. También los enfermos crónicos deben ser adiestrados para conocer su patología y vivir con ella.
P: ¿Qué opina de otras medidas como el copago?
R: Yo ya había hablado anteriormente de un copago, pero no para financiar sino para limitar los abusos. Una pequeña cantidad para que el señor que está aburrido no vaya a urgencias del hospital, pero no para compensar económicamente al sistema.
P: La puesta en marcha de las últimas reformas también ha puesto de manifiesto las diferencias que existen entre comunidades autónomas, como el euro por receta o la atención a inmigrantes...
R: Claro que existen desigualdades. Yo me acuerdo cuando era consejero en el Sistema Nacional de Salud que había reuniones con los delegados sanitarios de las distintas comunidades y cuanto menos sabía aquella persona que venía, más discutía, más hablaba y más inconvenientes ponía. La ignorancia es una gran dificultad. Pero en respuesta a su pregunta, ¿tiene que haber diferencias? No, la atención sanitaria tiene que ser común para todas las comunidades. No se pueden establecer 17 maneras diferentes de tratar a un enfermo.
P: ¿Cree que se han construido demasiados hospitales en España, se ha utilizado esto como promesa electoral?
R: Yo le respondo, sí, son demasiados. Puede haber dos tipos de hospitales; uno, lo que antes se llamaban residencias, grandes centros para ancianos con muy poca dotación médicoa; y, otros, hospitales monográficos, en los que se haga investigación traslacional. Para todo lo demás, los centros de salud son más que suficientes para tratar la atención especializada con la dotación tecnológica adecuada; los centros de salud están llamados a sustituir a los antiguos hospitales. ¿Un hospital, un voto? Sale demasiado caro el voto..., ¿no?
P: Algunas sociedades científicas han lamentado últimamente no estar siendo consultadas por las autoridades para poner en marcha ciertas reformas. ¿Cree que falta asesoramiento técnico y de expertos?
R: Estoy plenamente de acuerdo. La sanidad y la medicina son una ciencia fundamentalmente y lo que el pollítico diga debe estar muy bien asesorado por los técnicos.
P: El problema es que a veces esos técnicos son políticos. En los hospitales, por ejemplo, a menudo los cargos de gestor se designan políticamente.
R: Para dirigir un hospital hay que tener un conocimiento de la medicina muy grande. Es más fácil que un médico sea un buen gestor, que no un gestor sea un buen médico.
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